Yo no podría jamás ponerme en tu sitio, o en el de cualquiera de las personas que provocan la admiración de las masas. Siempre es más fácil y cómoda la postura del que admira...
al fin y al cabo,uno es quien elige a quien convierte en su ídolo.
Decides seguirlo y contar las virtudes que crees que tiene.Intento por un minuto ver el tema desde el otro lado. Desde el tuyo y de cualquiera que cuente con admiradores a patadas.
Por cierto…sólo en twitter estás a punto de rebasar los 75.000.Se dicen rápido 75.000 personas..”mi gente” como acostumbras llamarnos. Y,así es, somos "gente" y somos "tuyos". Nos has ganado el corazón...
enamorado, asombrado...captado para ti y seguiremos tus pasos sin mirar atrás y sin dudar.
Ahí es donde quiero ponerme en tu lugar (y el de tantos)…pero permíteme que me dirija a ti para contarlo.
Ahí es donde quiero ponerme en tu lugar (y el de tantos)…pero permíteme que me dirija a ti para contarlo.
Tú sigues tu vocación..eliges hacer algo que te llena como persona y te hace feliz...eliges ser actor. Te preparas, luchas, trabajas,le dedicas tu vida, tus horas, toda tu energía.
La elección en sí te coloca de cara a un público...eso que ni que...
Un científico se encierra en su laboratorio y estudia y trabaja…jamás ve a nadie y no le preocupa…más bien le molestan. Pero para el actor, su laboratorio es el set y el resultado de su trabajo debe verse en un escenario, sea cual sea y delante observando debe haber público. Sin el público, tu trabajo queda en el aire. Los espectadores deciden si aquello que ven merece la pena encumbrarlo u olvidarlo. De esa gente, ese día, unos pocos saldrán "cazados" por tu magia y querrán más. Es lo que tiene la magia, atrapa y ya no sabes vivir sin ella.
Hasta ahí, todo normal. El calor del público, los aplausos, los autógrafos…todo eso debe ser la parte de la profesión que te calienta el corazón, te estimula el ánimo y te confirma que ha valido la pena el esfuerzo. Debe ponerte esa sonrisa de oreja a oreja…de la que alguna vez has presumido y que tanto nos gustó regalarte.
Pero... y esa gente (y me incluyo) que, de tanto ver tus personajes, acabamos identificándote con ellos. Creemos que te conocemos, que sabemos de tu vida, de tu forma de ser…de tus alegrías y tus penas. Te "inventamos"un carácter, una personalidad y no nos damos cuenta de que una cosa es Hugo de Medina o Juan del Monte y otra Mario Cimarro. Llegamos a exigir de ti unas formas que ni sabemos si son las tuyas. Somos incapaces de entender, a pesar de que tú lo repites mucho.....que realmente eres un hombre como los demás. En el fondo nos ofende que se diga que eres un hombre común y corriente...miramos mal a quien lo dice (aunque seas tú).
Es cierto Mario...te vestimos con el traje de hombre perfecto y, a veces, aunque suene a sacrilegio, hasta te convertimos en Dios.
Hoy he querido imaginarte abriendo los ojos en la mañana, con los pelos revueltos y los párpados hinchados…no como se despertaba Juan Reyes, ya con la sonrisa y la cara despejada…
Cansado, enfadado porque no encuentras las pantuflas...con ganas de seguir durmiendo.
Protestando porque no te gusta esta nueva marca de café o porque el zumo no está a la temperatura adecuada. No hay la fruta que te gusta…¡¡cielos que mal empieza el día!!
¿Te gustará el agua fría o caliente en la ducha? ...Vas a hacer una llamada, pero el móvil no tiene batería .Quizás la camisa que querías ponerte hoy no está preparada y ya sales de casa mal a gusto.
¿Ves? Soy incapaz de imaginar que puedas salir mal por cosas así y, sin embargo, las vivo a diario.
Son cosas que al resto de los mortales nos quitan la sonrisa.
Pero en el fondo de mi corazón, se que lo eres...especial y mago, pero también un hombre normal. Y quiero pedirte disculpas por los agobios..las exigencias...los chantajes emocionales...la impaciencia.
Todas y cada una de las veces que te hemos tratado como si realmente tuvieras alguna obligación de atendernos o entendernos.
En realidad,por mucho que se diga que un artista de cualquier índole,no es nada sin un público...
eso no es cierto.
El arte existió,existe y existirá pese a nosotros.
Tu talento seguirá ahí,existiendo aunque no estemos.
Y yo deseo que ese hombre que hay bajo el mago...ese hombre "común y corriente", siga siendo como es.
Aunque no coincida con lo que imaginamos..aunque sea tan diferente
del que soñamos ,cómo del día a la noche.
Por que de la persona que tu eres en tu privacidad,nace la que nosotros creamos y también la que vemos en tus trabajos.
Por eso yo siento que ese hombre supera la perfección del que imaginamos, precisamente por ser tan imperfecto como cualquier ser humano.
Hasta ahí, todo normal. El calor del público, los aplausos, los autógrafos…todo eso debe ser la parte de la profesión que te calienta el corazón, te estimula el ánimo y te confirma que ha valido la pena el esfuerzo. Debe ponerte esa sonrisa de oreja a oreja…de la que alguna vez has presumido y que tanto nos gustó regalarte.
Pero... y esa gente (y me incluyo) que, de tanto ver tus personajes, acabamos identificándote con ellos. Creemos que te conocemos, que sabemos de tu vida, de tu forma de ser…de tus alegrías y tus penas. Te "inventamos"un carácter, una personalidad y no nos damos cuenta de que una cosa es Hugo de Medina o Juan del Monte y otra Mario Cimarro. Llegamos a exigir de ti unas formas que ni sabemos si son las tuyas. Somos incapaces de entender, a pesar de que tú lo repites mucho.....que realmente eres un hombre como los demás. En el fondo nos ofende que se diga que eres un hombre común y corriente...miramos mal a quien lo dice (aunque seas tú).
Es cierto Mario...te vestimos con el traje de hombre perfecto y, a veces, aunque suene a sacrilegio, hasta te convertimos en Dios.
Hoy he querido imaginarte abriendo los ojos en la mañana, con los pelos revueltos y los párpados hinchados…no como se despertaba Juan Reyes, ya con la sonrisa y la cara despejada…
Cansado, enfadado porque no encuentras las pantuflas...con ganas de seguir durmiendo.
Protestando porque no te gusta esta nueva marca de café o porque el zumo no está a la temperatura adecuada. No hay la fruta que te gusta…¡¡cielos que mal empieza el día!!
¿Te gustará el agua fría o caliente en la ducha? ...Vas a hacer una llamada, pero el móvil no tiene batería .Quizás la camisa que querías ponerte hoy no está preparada y ya sales de casa mal a gusto.
¿Ves? Soy incapaz de imaginar que puedas salir mal por cosas así y, sin embargo, las vivo a diario.
Son cosas que al resto de los mortales nos quitan la sonrisa.
Pero en el fondo de mi corazón, se que lo eres...especial y mago, pero también un hombre normal. Y quiero pedirte disculpas por los agobios..las exigencias...los chantajes emocionales...la impaciencia.
Todas y cada una de las veces que te hemos tratado como si realmente tuvieras alguna obligación de atendernos o entendernos.
En realidad,por mucho que se diga que un artista de cualquier índole,no es nada sin un público...
eso no es cierto.
El arte existió,existe y existirá pese a nosotros.
Tu talento seguirá ahí,existiendo aunque no estemos.
Y yo deseo que ese hombre que hay bajo el mago...ese hombre "común y corriente", siga siendo como es.
Aunque no coincida con lo que imaginamos..aunque sea tan diferente
del que soñamos ,cómo del día a la noche.
Por que de la persona que tu eres en tu privacidad,nace la que nosotros creamos y también la que vemos en tus trabajos.
Por eso yo siento que ese hombre supera la perfección del que imaginamos, precisamente por ser tan imperfecto como cualquier ser humano.
Comprende Mario que pertenecemos al mismo género y compartimos defectos y virtudes...disculpa todo nuestro egoísmo que exige de ti más de lo que puedes ni debes dar.Nuestro comportamiento de niñas de patio de colegio....
Por favor, mantén tu carácter,sea cual sea porque así sea endemoniado, hay algo que no podrás evitar...y es nuestra admiración.
Y aunque no tengas obligación y nadie pueda exigírtelo...aunque algunas veces seamos tan absurdas que rozamos la infantilidad.....
siéntenos y quiérenos un poquito.