Había oído hablar de los duendes de la Navidad y esas cositas, pero nadie me dijo nada sobre las Hadas del invierno.
Y mira por donde estoy rodeada...se han acercado y han decidido poner su empeño en traerme cositas para regalarte,Mario.
Y a la tercera va la vencida....firma de Rosana, Meri, estreno de "Nos veremos en el infierno" Marivi y ahora, mi hada mallorquina, Nina @calabarca me ha traído unas palabras
preciosas que seguro que te gustarán.
Ella ha conseguido este regalo de un amigo tuyo...guionista de Mediterranean Blue, entre otras. Un hombre que a juzgar por su forma de escribir es directo y sin ambages.
Espero Mario, que disfrutes al leerle tanto cómo yo. Su descripción de cómo te conoció y
lo que pensó....la forma en que te ve, me lleva directamente a ese lado izquierdo de tu corazón,donde dices que nos tienes.
El señor,Martin Garrido Ramis.@sinbase
Guionista de Mediterranean Blue
ME HAN PEDIDO QUE ESCRIBA ALGO DE MARIO CIMARRO
En España está muy mal visto trabajar con actores de telenovelas sudamericanas, por eso, la mayoría de personas que hacemos cine les tenemos manía. Por eso, cuando el representante Jonatan nos ofreció al actor Mario Cimarro para un papel en MEDITERRANEAN BLUE, pensamos que no era buena idea. Al no ser telenoveleros nunca lo habíamos visto trabajar. Tuvimos que recurrir a una amiga para que nos pasara algo. La primera impresión fue buena, no se podía negar su carisma ante la cámara. Esta lo quería con locura. Pero la interpretación era de telenovela sudamericana, ese acento especial, esos movimientos y caras. No llegábamos a verlo para el papel, pero optamos por mandarle el guión pensado que a lo mejor el papel no le gustaría. Al cabo de una semana nos llamó su representante y nos dijo que el guión le había encantado y que quería hacer la película a toda costa. Mi hijo y yo nos quedamos sin saber qué hacer. Mario nos gustaba, ¿pero qué pasaba con la imagen del actor de telenovelas? Al final, tras mucho cavilar, decidimos contratarle. Hasta ahí todo bien, pero de repente, los mediocres de siempre, empezaron a decirnos que Mario tenía muy mal carácter, que era raro de cojones, que ponía muchos problemas, etcétera, etcétera. Pero como mi hijo y yo creíamos que el mexicano tenía fuerza en la pantalla, hicimos oídos sordos y nos arriesgamos. Fui a buscar a Mario Cimarro al aeropuerto con el Citroen pequeño de Beatriz. Cuando vio el utilitario no dijo nada y se subió. Durante el trayecto a Cala Barca tampoco dijo mucho, y cuando llegó al hotel se fue a su habitación hasta la hora de la cena donde le presentaría a mi hijo el director de la película. Desde el primer momento Mario se comportó como un auténtico profesional y un caballero. Enseguida vio que nuestra película era sencilla pero hecha con talento, el de Martín, y se adaptó completamente a nosotros. Durante el tiempo que duró el rodaje nunca puso ni la más mínima pega y fue amable con todo el mundo. Se integró totalmente a Los Garrido y compañía. Pero lo que más nos impresionaba era su forma de actuar, su soltura, ese hacer que parece que no haces nada, ese don de simplemente saber estar. Él lo sabía todo y lo dominaba todo delante de la cámara. Apenas había que repetir por él. Fue un auténtico descubrimiento como actor. Pero Mario no se quedó ahí, traspasó esa delgada línea que separa, fuera del plató, al actor y al director, y se hizo amigo de nosotros y nosotros de él. Se esfumó la estrella de las telenovelas y surgió un Mario campechano y dicharachero. Y cuando nos volvimos a ver cuatro meses después en el Festival de Cine Dominicano, era como si nunca nos hubiéramos separados. El reencuentro fue bonito. Mario Cimarro es mucho Mario Cimarro, se debe a su público, que lo tiene y mucho, y nunca puede bajar la guardia porque se espera mucho de él. Sabe que no puede defraudar a sus legiones de fans. Pero para nosotros, lo más importante de Mario, es que es una buena persona, que es la cualidad más importante del ser humano.